El Dr. David Chavarri, uno de nuestros líderes de opinión, nos habla acerca de la implantoplastia, y las razones por las que llevarla a cabo con fresas Komet.

El Dr. Chavarri es Especialista Universitario Implantología Oral en UPV-EHU, posee el Máster en Investigación Biomédica en UPV-EHU y es profesor postgrado en Implantología y Regeneración (D.E.C.I.R.), en la Universidad Politécnica Cataluña.

¿Por qué hacer implantoplastia? 

La enfermedad periimplantaria es una patología cada vez más frecuente en nuestros pacientes. La tendencia actual en la práctica odontológica es la de colocar cada vez más implantes, y como todos sabemos, estos no están exentos de padecer problemas futuros. Por eso, el tratamiento de la periimplantitis se ha convertido en algo tan habitual como necesario en el día a día del Implantólogo. 

Cuando la enfermedad periimplantaria se encuentra en una fase avanzada y cursa con pérdida ósea, el tratamiento resectivo y el tratamiento regenerativo se presentan como las únicas opciones con posibilidades de éxito. En ambos casos, el pulido y alisado de la superficie expuesta del implante, técnica conocida como implantoplastia, es de obligado cumplimiento para conseguir una descontaminación de la superficie del implante. Así como la obtención de un área totalmente pulida que impida la adhesión del biofilm y que evite la colonización bacteriana. 

¿Por qué utilizar las fresas Komet para realizar la implantoplastia? ¿No sirve cualquier otra fresa? 

Si bien es cierto que para realizar la implantoplastia no se necesita una fresa concreta, como en todo, la utilización de un instrumental específico para este fin ayuda muchísimo. Generalmente, la dificultad que encontramos a la hora de realizar una implantoplastia, es el difícil acceso por encontrarse los defectos en zonas profundas, en sectores posteriores, o al lado de otros dientes o restauraciones que nos impiden llegar a la zona de interés. El hecho de que las fresas dispongan de un vástago largo (30mm) y una parte activa pequeña, permiten trabajar con gran comodidad en este tipo de zonas de difícil acceso. Por otro lado, el fresero Komet cuenta con varias fresas con diferentes diseños. Tanto las que tiene forma de huevo como de llama, podemos alternarlas en función de la forma del defecto que necesitamos tratar.  

Además, todas las fresas están disponibles con aro rojo (normal) o blanco (ultra fino), todas de carburo de tungsteno. Eso hace que se genere menos residuo metálico que con fresas de diamante. 

¿Cómo se utilizan estas fresas? 

La fresas Komet están ideadas para trabajar con contraángulo rojo, y en sentido contrario a las agujas del reloj. De esta forma, se reduce el riesgo de desplazamiento del instrumento durante el tratamiento, lo que garantiza un mayor control del mismo. 

En primer lugar, se pasan las fresas de aro rojo, que permiten una mayor remoción mecánica de la superficie tratada del implante, y conseguir un correcto alisado de la macrogeometría. A continuación, se utilizan las fresas de aro blanco, que facilitan la consecución de un pulido total de la superficie. Además proporcionan una estructura totalmente lisa que dificulta la adhesión bacteriana. 

¿Por qué debería tener un fresero como el de Komet? 

El tratamiento quirúrgico de la enfermedad periimplantaria es competencia y obligación del implantólogo o periodoncista. Por lo tanto, es nuestra obligación disponer del instrumental apropiado para el tratamiento de esta patología cada vez más común entre nuestros pacientes. Una vez que pruebas la fresas de Komet para el tratamiento de la periimplantitis, ¡ni se te pasa por la cabeza utilizar otro tipo de fresas! 

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